Sucesos en el tablero
Con ocasión del importante torneo internacional celebrado en Moscú en el año 1936 , el ex campeón del mundo José Raúl Capablanca logró por fin un nuevo triunfo, él que estuvo luchando por su reputación en otras competiciones anteriores sin grandes éxitos. Sin embargo, casi estuvo a punto de alcanzar de forma clásica “una salida nula”.
José Raúl Capablanca
Qué no se le produjera, lo pudo agradecer a la deferencia únicamente de su colega y contrincante Salo Flohr, que le tocó en la segunda ronda, una vez conseguidas unas raquitas tablas contra el ruso Kan.
Salo Flohr
Capablanca no había encontrado todavía su proverbial seguridad y se permitió en la siguiente posición:
El siguiente desliz 1. ….Te8? (en vez p.e. Rh7!). 2. Axg6! La respuesta de Flohr llegó de forma instantánea. En sus años noveles, el “Rey de las Tablas”, como le llamaron posteriormente, se mostró bien preparado tácticamente. 2…..Ce5 3. Ah5 Rh7 4. Dd2 d3 5. Df4! con la amenaza malintencionada 6. Axf7! Cxf7 7. Dxd6 junto con 8. Tc7!
Sin embargo, ahora el cubano estaba totalmente despierto, lo que no se podía decir de su adversario.5…..Dd5 6. Tf2 Ac6 7. h3 Ab7 8. Ag4? Después de 8. Tc7! a Capablanca no le hubiera servido de nada su riqueza de ideas, p.e.
8….Tg8 9. Df5+ Cg6 10. Td7! Dxf5 11. Txf5 Ch4 12. Tf2 Axg2 13. Rh2 o 8….Ac6 9. Df5+ Rg8 10. Axf7+! 8….Cxg4 9. hxg4 Rg6
10. Td1? Todavía la penetración de la torre a c7 hubiera podido ofrecerle algunas oportunidades para ganar, pero 10…..Aa6 11. Df5+ Dxf5 12. Txf5 Te2 y el fuerte peón pasado así como la torre ágil aseguraron a las negras unas merecidas tablas.
Samuel Flohr continuó jugando durante un espacio de tiempo, pero cuando se dio cuenta de la inutilidad de sus esfuerzos, de repente paró el reloj y pidió disculpas a su adversario: “En cierto modo, las últimas 15 jugadas podrían haberle ahorrado a Usted como a mi: ¡Tablas!”
Lo que ocurrió a partir de ese momento, el pequeño hombre de Praga no se lo esperaba:
¡El cubano le dio la mano y estalló en unas sonoras y atronadoras carcajadas, que – para estupor de Flohr – contagió de inmediato a toda la sala! ¡No le quedó más remedio que – algo confuso - unirse a la explosión general de hilaridad!
Nota: Hoy en su día, todo está tan reglamentado, que ya no podría ocurrir algo semejante en una sala donde se celebrase un torneo de esta importancia por saber todos los jugadores que quedarían seriamente amonestados. Si nos permiten un pequeño comentario en el sentido que actualmente en los torneos reina más bien el ambiente de un funeral según la foto abajo indicada:
Esperemos que sepan disculparnos esta comparación
Por Albin Pötzsch (Meissen)
Traducido y adaptado por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer
Barcelona, septiembre de 2008 |