|
Un jugador peculiar Emil Joseph Diemer |
Emil Joseph Diemer nació el 15-5-1908 y falleció el 10-10-1990.
En este año 2008 se conmemora su centenario. A pesar de no pertenecer al reducido círculo de los grandes jugadores de la historia, su tablero siempre estuvo rodeado de maestros y aficionados. Quizás su lema “desde la primera jugada con dirección al mate” le aportó atracción por su peculiar forma de jugar. Oportunamente tomó las riendas del juego con sus 16 piezas y las sacrificó sin respetar las perdidas de material. A menudo fue en vano. Entonces comenzaba a lamentarse, se levantaba y se quejaba de su pérdida de la facultad visual. Lógicamente actuaba con la misma audacia en su próxima partida. Con su limitada visibilidad no podía actuar de otra forma. Él se autoproclamaba como misionario con su “gambito Blackmar-Diemer”, y por este motivo forma parte de la historia de ajedrez. Ya hemos escrito anteriormente sobre su juventud y adolescencia. Una vez en el paro a final del año 1931, con sus 22 años, decidió convertirse en maestro de ajedrez. Por lo visto, su optimismo fue alimentado por el partido nacionalista (NSDAP), al cual se afilió y como consecuencia de ello su padre le expulsó de casa. Seguramente por la misma razón el joven Diemer decidió abandonar los estudios. En el bien entendido, que la República de “Weimar” fracasó estrepitosamente y a la vista de los 5 millones de parados en aquella época, aquel partido, que prometió el oro y el moro, se convirtió rápidamente en un centro de recepción para desesperados. De acuerdo con las investigaciones francesas y alemanas podemos afirmar, que Emil Joseph Diemer no fue antisemita, si no todo lo contrario, mantuvo un intenso contacto y amistad con jugadores de origen judío. El ambicioso joven buscó más bien la gran oportunidad de introducir el ajedrez como “juego de lucha” en todos los niveles de la población alemana de acuerdo con el nuevo movimiento político. Según las mismas fuentes, Diemer no entró propiamente en la política del partido. Una vez en él, actuó como “reportero de ajedrez del gran Reich alemán”, estando presente en todos los importantes acontecimientos nacionales e internacionales. En algunas ocasiones actuó también como co-organizador (Entre otros: El Campeonato Mundial entre Alexander Alekhine y Efim Bogoljubov 1934 con el resultado de 15,5 : 10,5).
Emil Joseph Diemer fue incapaz de cuidarse de sí mismo, pero como miembro del partido, le fue más fácil y se sintió más “arropado”. Fue un ambicioso total en todo lo que hizo. Un intenso propagandista de una época, que los nazis denominaron románticamente “el tiempo de la lucha”. No ganó mucho dinero con este cargo y dependía de varios admiradores que le obsequiaron con ayudas financieras. A finales de los años treinta cayó en desgracia a los ojos de los nazis por denominar el estilo de juego de la nueva estrella y el orgullo del Tercer Reich Klaus Junge como “senil” y falto de un “ajedrez de lucha”. Después de la guerra y ya en el año 1947 volvió a desarrollar una nueva frenética actividad y descubrió su gambito para sí mismo. En varias revistas explicó detalladamente el sentido del sacrificio del peón después de: 1. d4 d5 2.e4 dxe4 3. Cc3 Cf6 4. f3
Incluso, el ex campeón del mundo, Dr. Max Euwe, como uno de los mejores teóricos de las aperturas, se ocupó de este gambito e introdujo el nombre “gambito Blackmar-Diemer”, un reconocimiento, del cual seguramente pronto se arrepintió. Al mismo tiempo se dedicó el conocido Gran Maestro holandés Jan Hein Donner a esta variante y a la literatura del ajedrez de Diemer. En su divertida obra “The King”, Donner escribió: “Puede ser que Diemer esté loco, pero su estilo no está totalmente loco, si no que resulta extremadamente instructivo.”
Durante varios años, Diemer cosechó respetables triunfos en Alemania y Holanda. Siempre repitió su lema:
Lo curioso era, que se lo creía. Este gambito y su dedicación excesiva al ajedrez y otro tipo de teorías (numerología, esoterismo, reencarnación y profecía de Nostradamus), le dañaron su salud. Con el tiempo, estas múltiples dedicaciones le causaron trastornos mentales. Sin embargo, siempre encontró un club de ajedrez, que le colocara en uno de los primeros tableros, pero con su avanzada edad, le disminuyeron paulatinamente los buenos resultados. Sin embargo, en unos momentos de lucidez supo demostrar todavía un ajedrez brillante, que reunía un montón de aficionados y expertos alrededor de su tablero. En consecuencia nos permitimos demostrarles una pequeña (o gran) joya de su ajedrez - ya a una edad avanzada - mediante la siguiente partida, en la cual efectuó sus primeras 17 jugadas únicamente con sus peones: Emil Diemer - Heiling [B07]
¡Fenomenal! La 17a. jugada de las blancas con sus peones desde el comienzo de la partida. 17...gxf5 18.Dh5+ ¡Una lástima! Pero cada jugada más con los peones hubiera significado una posición más débil. 18...Rf8 19.Cf3 Tg8 20.b6 Ab7? 21. Cc3 Cf6 22.Cxg5! Cxh5 23.Ce6+ Re8 24.Cxd8 Cg3 25.Cxb7 Cxh1 26.Af4 Tg6 27.0–0–0 Es sorprendente que las negras, a pesar de tener la ventaja de calidad, están en peligro. 27...Cf2?! Otra imprecisión. 28. Te1 Rd7? 29. Cb5! 29... Ce4. Heiling se derrumba. 30. Txe4! Tg1 31.Te1 Txf1 La desesperación. 32. Txf1 axb5 33.Tg1 Rc8 34.Cxd6+ Axd6 35.Axd6 Cd7 36.Tg8+ Rb7 37.Tg7 Rc8 38.Txh7 Txa5 39.b7+ Rxb7 40.Txd7+ Rc8 41.h7?! Ta1+ 42.Rc2 Rxd7 43. h8D Rxd6 44.Dd8+ Re5 45.d6 1-0 PGN ¡Una partida maravillosa! Concluimos nuestra exposición sobre Emil Joseph Diemer con la siguiente definición:
"Un hombre enfervorizado entre ilusiones y verdades"
Libre interpretación del artículo de Hartmut Metz Por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer Barcelona, octubre de 2008 |