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El Arquitecto del arte de ajedrez |
Johann Nepomuk Berger (*11.4.1845 † 1933)
Exposición: De todas formas, me parece muy interesante la pregunta: “¿Quién ha sido el maestro de ajedrez más subestimado?” En un principio es una consulta sin sentido porque se desconocen las normas se deben aplicar para llegar a una conclusión. ¿Ustedes como yo hubieran pensado en un primer momento en Johann Nepomuk Berger, cuyo 75 aniversario de su fallecimiento († 17.10.1933) se celebrará en otoño del presente año? A pesar de todo y desde mi punto de vista considero a este personaje muy por encima, toda vez que su mérito en esta vida sobrepasó con creces en toda su importancia a los Grandes Maestros actuales de elite, los cuales podrían ser sus herederos para la posterioridad. La “Wiener Schachzeitung” del año 1933 le caracterizó en su necrológica como sigue:
Esta lisonjera comparación con el mejor pintor, escultor, arquitecto y poeta italiano entre los siglos XV/XVI debe “cojear” un poco, pero lo que rindió Berger en el campo de actividades ajedrecistas, lo consideramos como sobrehumano. ¿Que Berger cayó en el olvido? Esta suposición puede haber tenido su origen, que no vivió en la capital de Austria, Viena, si no en Graz, en la provincia. Fue un hombre que no buscó ni la publicidad, ni la vanidad, si no la tranquilidad para dedicarse a sus estudios.
A continuación gustosamente reflejamos una auto-confesión de Johann Berger:
En el bien entendido, que este reconocimiento sorprendente basó en exclusiva en su victoria en el torneo del Iº. Congreso de ajedrez de Graz en el año 1870; digamos que no le debió faltar su auto-estima. Con cierto orgullo contó Johann Berger toda una serie de éxitos para sus composiciones:
Pasando por una existencia más agitada dadas las crisis económicas y financieras posteriores que a lo largo de toda su vida, una vez obtenido el título de catedrático en el ramo de las ciencias económicas-financieras, padeció siempre que le quedara tiempo para dedicarse a la creación de problemas de ajedrez y la participación activa en los torneos de Austria. Con ocasión de su 88 aniversario, ya casi ciego y a un medio año antes de su fallecimiento, le fue otorgado el título de “Hofrat” (“Consejero de la Corte”).
Es sorprendente, que los éxitos de Berger como ajedrecista, practicante fueron subestimados obviamente. Nos recuerda “Chessmetrics” de Jeff Sonars, que Johann Berger se situó en el año 1888 en el 9º puesto del ranking mundial y alcanzó después del torneo de Barmen en 1905 un Elo histórico de 2.640. Su mayor éxito lo obtuvo en el torneo internacional de Nuremberg en 1883, donde consiguió el 4º puesto detrás de Winawer, Blackburne y Mason. A base de unos extensos conocimientos de las aperturas y de la técnica perfeccionada de las finales, fue muy difícil derrotar a Berger. De esta forma, no nos puede sorprender, que en el segundo gran torneo por correspondencia, organizado por la revista
“Le Monde Illustré” (1889-1892), consiguió 45 victorias y solo tuvo que admitir 3 tablas, que representaron un éxito increíble en este “departamento científico” de la práctica de ajedrez. Bajo las condiciones de torneos en vivo, quizás le faltó la voluntad luchadora para con más frecuencia convertir su superioridad teórica en victorias; el catedrático de Graz apeteció actuar pacíficamente. En los años 90 sus obligaciones profesionales se habían incrementado considerablemente; además la muerte de su esposa en el año 1895 podría considerarse para él como una tragedia. Sin embargo, el húngaro Geza Maroczy, que se encontraba hacia el fin del siglo en el cenit de su carrera ajedrecista y que contaba con un círculo reducido de candidatos para el Campeonato Mundial, se quedó en la calle de los perdedores en tres ocasiones durante las 5 partidas, que disputó contra Berger (Munich 1900, Viena 1907 y 1908), sin poder tomar jamás la revancha.
A lo mejor fue un fenómeno psicológico saber que el gran conocedor de las finales Maroczy valía como “gentleman” en el tablero y supo apreciar con gran respeto el mérito que tuvo en la vida de Johann Nepomuk Berger.
Berger, Johann Nepomuk - Maroczy, Geza 1.d4 d5 2.e3 e6 3.Cf3 Cd7 4.Cbd2 f5 5.Ad3 Df6 6.c4 c6 7.Db3 Ad6 8.cxd5 exd5 9.Dc2 Ch6 10.Cb3 0–0 11.Ad2 De7 12.0–0–0 Cf6 13.h3 Ce4 14.Ac3 Ae6 15.Ce5 Axe5 16.Axe4 fxe4 17.dxe5 c5 18.Rb1 Tad8 19.De2 b6 (las negras habían montado la partida en un gran estilo y lentamente llegarían a una ventaja, ya por el punto débil *e5*. Por esto motivo, las blancas tuvieron buscar una compensación. El siguiente sacrificio del peón proporcionó unas columnas abiertas.) 20.f4 exf3 21.gxf3 Df7 22.f4 Axh3 23.Tdg1 Af5+ 24.Ra1 Ag6 25.Cd2 Cf5 26.Cf3 d4 27.exd4 cxd4 28.Ab4 Tfe8 29.Cg5 Dd7 (Mejor fue Df7-b7, pero el ataque no se hubiera roto.) 30.Cxh7 Axh7 31.Dh5 g6 32.Txg6+ Rh8 33.e6 Db7 34.e7 Dxh1+ 35.Dxh1 Tc8 36.Tg5 (Más fuerte fue 36. Tg2 o 36. a4. A saber, que las negras tuvieron todavía una combinación de tablas en el goldre: 36. - Ce3 37. Th5 Cc2+ 38. Rb1 Ca3+ etc.) Ce3 37.a3 Cc2+ 38.Ra2 Cxb4+ 39.axb4 Txe7 40.Dh6 Tg8 41.Df6+ Tgg7 42.Dxd4 Td7 43.Df6 Tdf7 44.Dd8+ Ag8 45.Txg7 Rxg7 46.Ra3 Ah7 47.Ra4 Ag6 48.Dd4+ Rh7 49.Rb5 Af5 50.Dd6 Rg7 51.Db8 Ag6 52.Rc4 Td7 (Ahora el peón f4 pudo avanzar. Sin embargo, si la torre se hubiera quedado en la columna *f*, entonces podría producirse la posición Re5, Dg5, en la cual las blancas pueden cambiar la dama contra torre y alfil, incluso (en la posición del Rey negro en h7), si el peón f4 (en f5) debe ser sacrificado.) 53.De5+ Rf8 54.f5 Af7+ 55.Rc3 Rg8 56.f6 Rf8 57.b5 Ad5 58.Rd4 Ae6+ 59.Re3 Rf7 60.Dg5 Ad5 61.Rf4 Re6 62.b4 Rf7 63.Re5 Ac4 64.Dh5+ Rf8 65.Dg4 Axb5 66.Dh4 1–0 PGN La increíble fuerza creadora de Berger y el impulso de ofrecer sus ideas en el marco exactamente descrito, se documenta en su decenio más creativo de ajedrez, entre otras por su dicción dogmática y su rigidez “contable”, reflejado en su discutido libro “El problema de ajedrez y su representación conforme a las reglas (Leipzig 1884)".
Por Michael Negele Resumido y adaptado por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer Barcelona, noviembre de 2008 |