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Es más claro que el sol |
Milan Vidmar “El fin del siglo de oro”
….qué solo la lucha en el ajedrez pueda conducir a una sensación o a una suerte, que no concede por lo demás la vida…
Pensadores y poetas se dedicaron al ajedrez, esto ya lo sabíamos; que extraordinarios jugadores de ajedrez alcanzaron unos niveles mentales de otra índole, ocurre raras veces y tiene que ver en su mayoría con matemáticas o música, apenas con filosofía. Casi en solitario, destaca Dr. Emanuel Lasker, que en su momento supo poner unas bases válidas como filósofo. Su contemporáneo esloveno Milan Vidmar (1885-1962), También una estrella de ajedrez de primer orden, a finales de los años 30 intentó ser un filósofo: “El libro obtuvo el título ‘Med Evropo in Ameriko’(“Entre Europa y América). Apenas editado, se agotó en poco tiempo”, escribe Vidmar con toda modestia. En los últimos años, se ha actualizado sustancialmente la edición del año 1941 con el título trascendental “El fin del siglo de oro”. Al fin y al cabo, la obra autobiográfica de Vidmar es un libro clásico, elogiado y todavía muy solicitado. ¡Entonces dejemos que nos expliquen el mundo! La historia comienza con sus narraciones acerca de un crucero navegando por el gran océano en el barco “Bremen”, (El 16 de marzo 1941 fue consumido totalmente por un incendio provocado en su puerto de matrícula) que a su vez y sin notarse desdibuja una metáfora, en todo su significado: “De donde vengo y adonde voy”
Con esta expresión ya se descubre su muestra básica: “Encontrar metáforas y asociarlas libremente” Vidmar aprecia a la vista de los mayores problemas de la humanidad unas imágenes, profundiza en las mismas y finalmente encuentra la inspiración: “¡Sí, así es, así debe ser!”
"La imagen, que de repente aparece ante mí, explica por sí misma la gran diferencia existente entre Europa y América y otras cuestiones del destino". Durante su vida, Vidmar ejerció de ingeniero electrotécnico. ¿A quién le va a extrañar, que sus imágenes procedan de contextos físicos? Sus discursos contienen mayoritariamente elementos de fuerza, vibraciones, corrientes, presión, válvula y resistencias. Sin tener en cuenta a otros grandes cerebros filosóficos, se apoya en una especie de física contenedora, que debe explicar todo: economía, política, riqueza, capitalismo, historia y futuro. Todo esto ocurre bajo un ‘a priori’: “El físico profundiza más”, “el físico lo ve correctamente”. En su obra de unas 400 páginas, Milan Vidmar quiere explicar lo siguiente: “La humanidad se encuentra en una lucha con la casualidad, que solamente puede vencer mediante el centraje mental y universal (como un imán), superando el capitalismo y la riqueza (amor al oro) y seguir avanzando hacia la buena suerte”. Finalmente escribe de forma concluyente como una quintaesencia en letras cursivas: “No obstante, la buena suerte es el saber conseguido a través de una victoria muy trabajada.”
De todas formas, los problemas presentadas por Vidmar se puede exponer a través de una anécdota de ajedrez. Al principio escribe: “De repente encuentro una comprensión asombrosa que surge fugaz como un relámpago: La libertad americana es solamente un reflejo de la falta de un alma verdadera de la escasa cultura de América del Norte” y aporta como ejemplo acreditativo una escena procedente del torneo navideño mundial de Nueva York del año 1927.
Fueron invitados por un millonario americano a una cena cinco Grandes Maestros y Vidmar. Durante la misma, el anfitrión confesó, que el ajedrez le parecía demasiado arduo, al menos en la forma como se suele jugar. El ajedrez “Blitz” sería la solución y dijo: “Nosotros, los americanos no somos amigos de largas reflexiones.” En consecuencia, se organizó un pequeño torneo de partidas rápidas en presencia del magnate americano y en cierto modo se convirtieron en “subordinados”, los Maestros Alekhine, Nimzovich, Maroczy, Spielmann, Marshall y Capablanca.
Sin embargo, Milan Vidmar llegó a una conclusión al menos chocante: “En el comportamiento totalmente contradictorio que mantienen Europa y América frente al ajedrez, se expresa claramente la diferencia abismal entre Europa y América.” ¡Es más claro que el sol!
Por Jörg Seidel. Resumido e ilustrado por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer Barcelona, diciembre de 2008 |