Frank Mayer
Por Susanna Poldauf traducido y adaptado por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer

El jugador suplente

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Susanna Poldauf
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Susanna Poldauf. Los objetos visibles en la foto son enseres personales de Dr. Lasker,
las maletas, su sombrero de verano, el paraguas, su bastón y el pequeño juego de ajedrez para los viajes.
Foto: berlinerschachverband.de


Cuando François-André Danican cumplió 6 años y a raíz de su maravillosa voz de muchacho fue acogido con tan temprana edad en el cuerpo de pajes de la Châpelle Royale de Versailles, nadie presintió que saldría del Instituto de la corte como un jugador de ajedrez altamente dotado.

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Châpelle Royale. Versalles. Foto: wikipedia.org

Philidor (1726-1795) - un nombre artístico, que heredó de su bisabuelo - entró en la historia como el primer niño prodigioso del ajedrez. Su libro "L'Analyse des Échecs", que publicó ya con 23 años, se convertiría con el paso del tiempo en una obra clásica y legendaria.

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Libro "Analyse du jeu des Échecs". Foto: kb.nl

Menos conocida es su obra musical y su carrera de compositor de óperas.

Qué se convirtiera en un famoso jugador de ajedrez, se debió sólo a una casualidad.

En principio, el pequeño Philidor tenía el encargo de continuar la tradición familiar de 200 años de seguir trabajando como un Philidor, desempeñando la función de músico de la corte.

Esta tradición se vio amenazada y corrió el peligro de romperse después del fallecimiento de su padre y su hermanastro.

Su padre André Danican Philidor había sido muy respetado y valorado como compositor y bibliotecario de música en la corte de Louis XIV.

La herencia del padre pesó mucho sobre las espaldas del pequeño cantor; no obstante estaba decidido a no defraudar las esperanzas depositadas en él.

La vida de los jóvenes cantores estaba sometida a unas reglas muy estrictas.

Además de la enseñanza del canto y de las lecciones en latín, los niños recibían una educación religiosa completa, impartida por dignatarios eclesiásticos.

Las misas diarias estructuraban el transcurso del día. A los niños apenas les quedaba tiempo para el ocio.

El precio que los pequeños pajes tenían que pagar por este mecenazgo musical y la perspectiva de un empleo de por vida en el ámbito cortesano-clerical, era demasiado elevado: suponía estar separados de sus padres y hermanos a una edad muy temprana.

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André Campra. Foto: wikipedia.org

El compositor André Campra se convirtió en el profesor de Philidor y la persona más importante de referencia.

Campra, como director de orquestra, era el responsable de la educación de 6 pajes, entre ellos Philidor, tenía preferencia por la música mundana.

Su tendencia hacia la ópera sentó las bases del desarrollo posterior de su talentoso discípulo para convertirse en compositor de óperas.

Las dotes de Philidor para la composición ya se mostraban a sus 12 años de edad.

Escribió tres motetes, canciones clericales a varias voces, que el Rey pudo escuchar y disfrutar durante una misa, que deleitaron el gusto de su Majestad Luis XIV premió al joven compositor con monedas de oro y le animó de seguir trabajando en otras obras.

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Luis XIV. Foto: melfisher.org

Con 10 años de edad, Philidor sorprendió al mundo cercano con sus capacidades para el juego del ajedrez. Sin embargo, los juegos de azar estaban prohibidos en el ámbito de la iglesia.

Los músicos mayores de la orquesta se entretenían con el ajedrez, esperando el comienzo de la misa diaria.

Una mañana, a un músico le faltó un adversario. El pequeño Philidor se ofreció - y ganó.

Si nos fiamos del legado de Richard Twiss, Philidor aprendió las reglas del juego solo como espectador.

Desde aquel día, la música ya no formó exclusivamente su punto central de la vida de Philidor.

La práctica del juego de ajedrez ofreció al muchacho una compensación gratificante frente a la educación musical rígida y los ejercicios espirituales.

También sin libros de enseñanza, el nivel de juego del ajedrez de Philidor se desarrolló tan rápido, que ya no encontró ningún adversario de la misma clase entre los músicos.

Una vez transcurridos ocho años, abandonó el servicio orquestal por estar de muda y se marchó a Paris.

Allí descubrió el mundo fascinante de los cafés de ajedrez, que le cautivó enteramente.

¡Qué mundo tan contrario al silencio devoto de los muros eclesiásticos de Versailles se le abrió al catorceañero!

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Ilustración sobre el Café Regence

En el Café de la Régence encontró en la persona de Kermur Sire de Légal un profesor de alto nivel ajedrecista.

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Kermur Sire de Légal. Foto: wikipedia.org

Légal descubrió en seguida la facultad extraordinaria de Philidor, pero una vez pasados tres años, ya no pudo enseñarle nada más en la materia de ajedrez y tuvo que rendirse.

También fue Légal, quién preguntó un día al joven maestro, si no había probado de jugar a ciegas, sin mirar el tablero.

Seguramente Philidor le contestaría que ya durante las noches, metido en la cama, había analizado de memoria ciertas jugadas e incluso partidas enteras.

Por este motivo, estaba plenamente capacitado para jugar a ciegas.

Su facultad de imaginación fue adiestrada por las composiciones musicales.

Ya pronto aumentó el desafío al jugar a ciegas contra dos contrincantes al mismo tiempo.

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Philidor jugando a ciegas. Foto: ajedrezaranjuez.com

Esta capacidad le hizó tan famoso en sus jóvenes años de tal forma que pudo afrontar ya su vida mediante las partidas de ajedrez.

En un artículo de palabra clave sobre el ajedrez para la Enciclopedía de d'Alembert y Diderot, Philidor fue elogiado con entusiasmo por Chevalier de Jaucourt como "un ejemplo extraordinario de facultad memorativa y de arte imaginaria."

Para evitar a sus propios hijos la temprana obligación de una actividad asalariada, viajó a Inglaterra como jugador profesional y mandó todo el dinero que ganó a su familia.

De todas formas, sí existieron afinidades y relaciones entre el ajedrez y la música en la obra de Philidor, bien sean sus partidas ideales compuestas para su "Analyze" o bien en algunas composiciones orquestales a varias voces dentro de sus más de veinte óperas que recuerdan a las partidas simultáneas.

Todos los intentos de Philidor de ser reconocido como gran músico, al igual que como maestro de ajedrez, fracasaron por desgracia.

El famoso francés frecuentemente manifestó, que se entendió en primera línea como músico.

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Foto: wikipedia.org

El juego de ajedrez "solamente le hubiera significado una distracción o por razones económicas".

 

Por Susanna Poldauf

Traducido y adaptado por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer

Barcelona, Abril de 2009

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