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Una retrospectiva sobre Erich Eliskases |
“Una gloria del ajedrez”
Circunspecto y dotado de profundas ideas y un fino humor, tuvo una carrera muy fructífera en el orden internacional a partir de los 16 años cuando se consagró campeón de Austria, su país de nacimiento.
En 1939 viajó a la Argentina como primer tablero del equipo alemán que ganó el Torneo de las Naciones. Debió quedarse en nuestro país como consecuencia de la segunda guerra mundial desatada ese año. Luego de un tiempo en Buenos Aires y Brasil, en 1952 se incorporó definitivamente a Córdoba, donde formó su hogar y brindó sus amplios conocimientos con una gran cuota de sabiduría y sin retaceos. Políglota y con abundantes conocimientos filosóficos y matemáticos este típico personaje proveniente de la zona del Tirol es una de las personalidades que no debe permanecer en el anonimato.
Eliskases, que nació el 15 de febrero de 1913, habla 5 idiomas: alemán, italiano, portugués, inglés y castellano.
Hijo de un sastre que se ganaba la vida en Innsbruck, la pequeña gran urbe del corazón de los Alpes fundada hace más de 700 años, Erich aprendió el movimiento de las piezas del milenario juego alentado por su hermano mayor –“a quien enseguida empecé a superar en nuestros encuentros”- y nunca tuvo un maestro o profesor de ajedrez que lo orientara en los laberintos del escaqueado tablero. Fue un autodidacta que aprendió reproduciendo partidas, “primero las publicadas en los periódicos y luego con libros que llegaban a mi poder”.
Durante muchas horas compartí con esa inmaculada gloria del tablero; dotado de una clara percepción de la teoría ajedrecística y un fino sentido del humor; campeón nacional a los 16 años, triunfador indiscutido en Budapest 1934, Linz 1935, Zurich, Trebitch y Scheveningen en 1936, y Nordwijk en 1938, habiéndole ganado partidas a Capablanca, Euwe, Keres, Ragozín, Petrov, por nombrar a los más famosos.
Quien fue el primer tablero del equipo de Alemania, campeón mundial de 1939 nos dejó por último su visión de Gary Kasparov, los jóvenes que recién se inician y las computadoras. Sin apresuramientos, como cuando analiza algún final de partida muy equilibrado, Eliskases fue muy concreto en sus respuestas:
Ahora tenemos el gusto de presentarles una de las mejores partidas jugadas por Erich Eliskases en el año 1957.
Redolfi, Argentino Rodolfo - Eliskases, Erich Gottlieb [C18] 1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 Ab4 4.e5 c5 5.a3 Axc3+ 6.bxc3 Ce7 7.Ad3 Inferior a otras continuaciones. 7. a4 7. Cf3 7. Dg4 A5 7... Da5 8.Ad2 Da4 9.Cf3 b6 10.Cg5 h6 11.Dh5 Si bien este ataque prematuro no puede considerarse correcto, en la práctica exige mucha precisión y sangre fría para ser refutado. 11 ... g6 12.Dh4 Cd7 13.c4 Aa6 14.cxd5 Axd3 15.cxd3 Cf5 16.De4 Dxd4 17.dxe6 Este doble sacrificio de torre resulta forzado ante las amenazas. Dxa1+ 18.Re2 Cd4+ 19.Re3 Dxh1 Ahora son las negras las que entregan sus dos torres. 20.Dxa8+ Re7 21.Dxh8 Dxg2 La situación se aclaró y Redolfi no tiene salvación. 22.exd7 22. Dg7 Dxg5+ 23. f4 Dg1+ 24. Re4 Dg2+ 25. Re3 Cc2# 22... Dxg5+ 23.f4 23. Re4 Dg2+ 24. Re3 Df3# 23... Dg1+ El mate es inevitable 0-1 PGN Después de esta partida, ya no podía existir ninguna duda acerca de la genialidad de Eliskases.
Finalmente, deseamos hacerles llegar una reflexión del gran Erich, ante una pregunta periodística: ¿Qué es el ajedrez? "Si lo juega Alekhine, es arte;
Por Guillermo Soppe y Raúl Grosso Presentado e ilustrado por Frank Mayer Sitges. Barcelona, junio de 2009 |