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La guerra de Troya y una partida de ajedrez (1ª parte) |
Nota previa: Con ocasión de un viaje a:
no se nos debía escapar una excursión a Troya.
Gustosamente recordamos la historia “Homero”:
Nota adicional Sedimentos fluviales La ubicación de Troya ha sido, desde siempre, un tema que ha preocupado a los investigadores. En tiempos antiguos se decía en Grecia que Troya estaba cerca del mar. Luego, en 1870, el arqueólogo alemán Heinrich Schliemann descubrió lo que se supuso que eran los restos de una muralla de una ciudad tierra adentro, en la actual Turquía.
El relato de Homero (aprox. siglo VIII a.C.) se refiere a una época en que el mar Egeo tenía un gran entrante en dirección a Troya. Los científicos afirman que a través de los siglos este entrante fue cubriéndose con los sedimentos de los ríos, retrocediendo hasta su posición actual.
El experto en temas clásicos, Dr. John Luce dijo: "Schliemann supuso que el lugar en que se encontraba el campamento mencionado por Homero estaba junto a la actual orilla del mar; pero a lo largo de 3.000 años, dos grandes ríos, el Escamandro y el Simois, han aportado enormes cantidades de aluvión, lo cual ha hecho retroceder la línea de la costa varias millas mar adentro." Historia Cuando Peleus, el Rey de Phytia se casó con la bella ninfa del mar Thetis, invitó a todos los Dioses para que asistieran a la celebración nupcial. A todos, excepto Herís, la diosa de la controversia y la discordia. Ella acudió sin invitación e hizo un regalo a todos los invitados, asistentes a la boda. Sin embargo no lo entregó cortésmente, si no que lo lanzó simplemente al centro de la reunión. El obsequio fue una manzana de oro con la inscripción “Para la más hermosa”. Con aquel gesto provocó una disputa entre las diosas Hera, Atenas y Afrodita, que solicitaron este regalo para si mismas. Finalmente decidió Zeus, que Paris, el hijo del Rey de Troya, Primaos, como príncipe imparcial debería decidir quién era la agraciada. . Juntos y en compañía con Hermes se trasladaron al monte Ida, donde Paris estaba apacentando las ovejas. Las tres diosas trataron de sobornar a Paris: Hera le prometió poder (político), Atenas una vida heroica y Afrodita le ofreció la mujer más bella para convertirla en su esposa. En consecuencia, Paris se decidió por la oferta de Afrodita.
La diosa le condujo ante el Rey Menelao y con su ayuda, Paris se ganó el afecto de Helena, la esposa del Rey.
Durante la ausencia del Rey, los dos se fugaron a Troya. Hera y Atenas, llenas de rabia, se distanciaron de Paris. Del matrimonio entre Peleas y Tetis nació Aquiles.
Tetis bautizó a su hijo en el Estigia, un río en el tártaro. De esta forma creía que lo revestiría de inmunidad. Pero, dado que le agarró por el talón, no fue bañado con el agua del Estigia y por este motivo finalmente no conseguía que fuese invulnerable. Preparativos para la guerra Antes de casarse con Menelao, Helena tuvo muchos pretendientes. Para asegurar la paz en Grecia después de su boda, todos los pretendientes tuvieron que prestar un juramento por el cual se comprometían proteger el matrimonio de Helena.
El Rey Menelao, engañado y su hermano Agamenón les recordaron a los pretendientes su juramento y les reunieron para participar en la guerra con Troya. En las cercanías de Aulis se reunió un considerable ejército al frente del cual iban los héroes más significantes de Grecia. Solamente faltaron Ulises de Ithaca y Aquiles. Ulises alegó que no podía dejar sola a su joven esposa Penépole con su hijo recién nacido Telémaco. Ante este comportamiento, Palamedes le descubrió su juego y le puso en evidencia de tal manera, que a Ulises no le quedó más remedio que unirse a la expedición militar. A Aquiles le escondió su madre al adivinar ella, que su hijo moriría en Troya. Le disfrazó, vestido como una joven moza y le condujo a la corte del Rey Lycomedes residente en Synkros, quien autorizó que le educara con sus propias hijas. Pero ocurrió, que el profeta Calchas pronosticó que los griegos no vencerían sin Aquiles, delatando el lugar de permanencia del joven héroe. Una vez llegado a Synkros, Ulises, sin embargo, no reconocía a Aquiles. En consecuencia, hizo portar un escudo de armas y una lanza a los aposentos de las hijas del Rey y a continuación ordenó tocar la trompeta de alarma. Mientras las mujeres retrocedieron, Aquiles se adelantó y recogió las armas. De esta forma el mismo se descubrió.
Junto con su gran confidente Patroclus se unió al ejército. Los griegos decidieron nombrar a Agamenón comandante en jefe de todas las tropas.
Sin embargo, durante una cacería tuvo la desgracia de matar a una cierva sagrada de la diosa Artemisa y se jactó de ello por considerarse superior. En consecuencia, la diosa se enojó y evitó la salida de la flota de los barcos al mar mediante una calma chicha.
Cuando se consultó al augur Calchas el porque de la ausencia de viento, reveló el enfado de la diosa Artemisa y que sólo el sacrificio de Efigenia, la hija de Agamenón y Clitemnestra podría tranquilizar a la diosa. La presión del ejército hizo que el Rey por el bien de Grecia accediera a su deseo de sacrificio, invadiéndole una gran aflicción. Pero, cuando Artemio se dio cuenta de los sufrimientos de Agamenón, salvó a Ifigenia, apartándola del altar del sacrifico. Clitemnestra, que no se enteró de la salvación de su hija, se separó de su marido. Después de un largo viaje por mar, la flota llegó a Troya, donde Menelao y Ulises pidieron la devolución pacífica de Helena. Dado que Priamos se negó, los griegos iniciaron el cerco de la ciudad. Abajo indicado “el mapa de los héroes” que participaron en la guerra de Troya:
Seguirá en la 2ª parte Por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer Retoques y maquetación: Antón Busto Sitges (Barcelona), mayo de 2010 |