Frank Mayer
Por Albin Pötzsch, Meissen. Adaptado e ilustrado por Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer

La complicidad de la mirada en el ajedrez

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Sucesos en el tablero

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El club de ajedrez del pueblo playero Parnu (en los tiempos de la Unión Soviética Pjarnu y antes Pernau) festejó su 75 aniversario en el año 1971 y por este motivo organizó un pequeño torneo de ajedrez, considerando a su compatriota Mikhail Tal, competidor de Paul Keres, David Bronstein y Leonid Stein , los cuales estaban considerados en aquella época en la cima del nivel ajedrecista.

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Paul Keres David Bronstein Leonid Stein

Efectivamente Leonid Stein resultó como vencedor, justo por delante de Mikhail Tal y Paul Keres, que al enfrentarse en el tablero combatieron denodamente con muchos efectos inesperados:

Keres – Tal. Pärnu 1971
Tablero
Juegan las negras

Las blancas, finalmente se habían creado un hueco mediante h2-h3 para su Rey y Tal contestó rápidamente con 1. …Cc4.

Una posición después de 1….Dxa2? 2. Dc3 (amenaza tanto 3. e6 como también 3. b2-b4) 2….De6 3. Dc7 Te8 4. Tc3! O 1….Dxe5 2. Td2! no sería su gusto. En consecuencia, la casilla “d2” será cubierta por el salto del caballo y el peón “e5” será atacado nuevamente.

2. De4 – pero ahora el caballero de Riga empezó con unas profundas y largas reflexiones. 2…..Ce5 3. f4? Cg4! Vendría bien, sin embargo Keres no movería por nada el peón “f”, si no que jugará 3. Td2! Tc8 4. Te4, que tampoco tendrá un aspecto prometedor para las negras.

La pregunta es, ¿si 2….Dxe5 3. Dxe5 Cxe5 4. Tc7 f6 5. Txe7 Td7 no daría un juego igualado?

¿O, quizás la situación no tenía algún inconveniente?

¿Qué se ha creído el amigo Paul con su “regalo”?

Tal fumaba un pitillo detrás del otro y los aplastaba nerviosamente en el cenicero.

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Mikhail Tal

Cortesía Arqto. Roberto Pagura, Buenos Aires

Después del cuarto o quinto cigarrillo, la cajetilla estaba ya casi vacía, miraba a su alrededor totalmente desconcertado y encontró la mirada de Keres.

Ocurre, que los dos comenzaron a sonreírse cara a cara. Finalmente Tal se decide por 2…b5!

Justo, en el último instante se dio cuenta de la trampa que le había tendido su sonriente adversario. Si se jugaba 2….Dxe5?, entonces seguiría la respuesta diabólica 3. Td2!! Y ante la amenaza de mate, las negras perderían un caballo (3….Tc8 4. Dxc4!)

Pero ahora, efectivamente la partida se peleaba en aguas de tablas.

Finalmente, los dos se dirigieron una vez más una mirada cómplice y amistosa:

Con un fuerte apretón de manos sellaron unas tablas y el reparto de los puntos.

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Por Albin Pötzsch, Meissen

Adaptado e ilustrado Frank Mayer – revisado por Salvador Aldeguer

Retoques y maquetación: Antón Busto

Sitges (Barcelona), agosto de 2010

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