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Max Euwe y el cambio radical |
Mihail Marin explica que el quinto Campeón del mundo poseía una innata capacidad para cambiar de forma drástica y abrupta el carácter de una posición. Texto: Partiendo de las conclusiones analíticas del primer y oficial Campeón del Mundo, William Steinitz se considera el ajedrez en las primeras décadas del siglo XX sobre todo como un juego lógico.
Bien entendido, que los sucesores de Steinitz en el trono elaboraron sus propios ideas y aportaciones para ampliar el espectro del juego de los Reyes.
De esta forma, el Dr. Emanuel Lasker introdujo – como sabemos – la dimensión psicológica.
José Raúl Capablanca disponía de un sentido único para la armonía y el Dr. Alexander Alekhine, sin embargo, contemplaba el ataque masivo de sacrificios como consecuencia lógica de su superior estrategia. No obstante y a pesar de todo estos Campeones eran muy diferentes entre sí en su estilo, parece que su meta común era crear partidas, que fueran caracterizadas – enteramente en el espíritu de los sermones de Steinitz – mediante un juego preciso y acumulación paulatina de pequeñas ventajas. Partiendo de esta perspectiva es muy interesante examinar el siguiente comentario de Mikhail Botvinnik sobre el estilo del quinto Campeón del Mundo:
“La fuerza de Euwe era que supo cambiar drásticamente como nadie el carácter de una posición.” Con esta expresión se nos ofrece una imagen ligeramente modificada del juego: “El ajedrez ya no se entiende solamente como arte y ciencia, si no también como deporte.” Esta peculiaridad en el estilo de Euwe tuvo su origen en su forma cotidiana de ser y actuar. Max Euwe era el primer Campeón del Mundo, al cual se le podría designar, con toda la razón, como simple aficionado.
Obviamente Steinitz dependía económicamente del ajedrez, mientras tanto Alekhine afirmó continuamente, que su meta en la vida era ser el mejor jugador del mundo. Es cierto, que Lasker y Capablanca no se consideraron asimismo nunca como jugadores profesionales. Pero es de suponer que por temor a la perdida del respeto, ocultaron la verdad porque en aquella época la reputación del ajedrez no era considerada como una profesión prestigiosa. Mientras tanto el caso de Euwe, la cosa era cristalina. Era profesor de matemáticas en una escuela superior para damas jóvenes de la alta sociedad. Jugó y estudió el ajedrez principalmente en sus ratos libres. Dicho con otras palabras: “Frecuentemente se veía obligado a cambiar de vida. Por estas razones no debía ser extraño bajo un punto de vista psicológico para Euwe el cambio radical de los acontecimientos en sus partidas de ajedrez. El acceso de Euwe al ajedrez ( y presumiblemente también a todas las demás cosas en su vida) fue muy profesional.
Su minuciosa preparación para el match contra Alexander Alekhine como la gran cantidad de libros de ajedrez, publicados por él – toda vez que con seguridad ningún Campeón del mundo ha escrito tantos – son una excelente prueba para tal fin. De la gran herencia ajedrecista que nos dejó el Dr. Max Euwe he elegido algunos ejemplos de sus momentos más importantes de su carrera, que confirman la tesis de Mikhail Botvinnik.
Sin embargo, nos limitamos a una de sus mejores partidas durante el Campeonato del mundo, minuciosamente preparado por parte de Max Euwe con la asistencia de Hans Kmoch durante todo un año que figura a continuación: LA PERLA DE ZANDVOORT Euwe,Max - Alekhine,Alexander [A90]
Días más tarde finalizó el match y el Dr. Max Euwe se coronó como el nuevo Campeón del mundo. Este hecho condujo a un nuevo “cambio radical” en su vida, que excepcionalmente no representó una ventaja para él. La Federación holandesa de ajedrez decidió concederle más tiempo para el ajedrez mediante el estatus de un profesional. Esta circunstancia le pareció que le colocaba en una situación psicológicamente difícil. O sea, a pesar de la intención positiva del cambio, Euwe perdió la revancha (contra un Alekhine nuevamente en plena forma), y resultó paulatinamente eliminado del círculo de los candidatos para el Campeonato mundial.
El Dr. Max Euwe continuó jugando torneos hasta mediados de los años 60, pero después se dedicó más y más a la política del ajedrez. Euwe como Presidente de la FIDE demostró en el famoso e inolvidable match celebrado en Reykiavik para alcanzar la corana mundial entre Bobby Fischer y Boris Spassky en el año 1972 una paciencia casi interminable con las innumerables exigencias de Fischer que le representó una prueba muy dura, más bien “otro cambio radical”, pero esta vez de una importancia histórica: Los soviéticos perdieron su indiscutible hegemonía anterior.
En el año 1975 y durante las nuevas negociaciones con el genio americano Euwe se mostró más decidido, en consecuencia durante más de 20 años Fischer despareció del mapa ajedrecistico. Ahora bien, si Euwe negociaba bien, era muy difícil juzgar. Solamente tenemos una seguridad y es que los enfrentamientos por el Campeonato Mundial (y la vida en general) se caracterizan por cambios profundos….
Ahora tenemos el gusto de presentarles una guía a través de la vida de Max Euwe como sigue: Ver Presentación de Fotos sobre Max Euwe (Picassa)
Traducido del inglés por Harry Schaack Traducido, adaptado al castellano e ilustrado por Frank Mayer Revisado por Salvador Aldeguer Retoques y maquetación: Antón Busto Sitges (Barcelona), mayo 2011 |