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Daniel Harrwitz |
¡Que tío tan desagradable! Daniel Harrwitz (1829 – 1884) fue en su época uno de los mejores maestros de ajedrez de Europa. Nacido en Breslau, pronto se trasladó a los centros de ajedrez de Londres y especialmente Paris.
Destacó de él la cabeza grande sobre pequeños hombros, las camisas y corbatas bordadas con los cuadrados del ajedrez, y además la manera lechuguina y presuntuosa de tratar a su entorno. Durante un match en Londres puso los cimientos para una enemistad fundada con Staunton, de la que el polémico inglés tuvo también parte de culpa. (Staunton fue tan poco querido, que el City of London Magazine se negó en su necrológica a seguir las costumbres usuales de hablar solamente bien sobre el difunto. “¡Que lo alaben en sus inscripciones los creadores de lápidas, cuyo negocio es poner mentiras sobre el mármol!”) Fuente: Wolfram Runkel “Ajedrez, historia y anécdotas” En una partida turbulenta del encuentro sucedió un intercambio de golpes ajedrecísticos que terminó con la pérdida de un peón del inglés. Éste no pudo superar que su “combinación victoriosa” fracasara tan miserablemente. Se lamentaba continuamente (“He perdido un peón”) y parecía que este suspiro hondo no estaba dirigido hacia sí mismo, sino contra su adversario. A Harrwitz se le acabó la paciencia. Llamó a un camarero y dijo: “¡Camarero! ¡Tenga Ud. la bondad de buscar por el suelo, porque parece que mi adversario ha perdido allí un peón!” Siguieron más encuentros de muchos quilates: Contra Adolph Anderssen (5:5) y ante todo contra el talentoso Paul Morphy, que le desafió a un match en el Café de la Régence de Paris:
Para sorpresa de los expertos, Harrwitz ganó las primeras dos partidas. Aquí terminó de cimentarse la impresión de muchos testigos en aquellos tiempos, que reprochaban al vanidoso ciudadano de Breslau que fuera: “insoportable tanto después de las derrotas como después de las victorias”. Una vez ganada la 2ª partida contra el americano, se inclinó sobre la mesa, cogió la muñeca de Morphy y pronunció (mirando triunfante a los espectadores): “Oh, su pulso solamente se acelera un poco, como si hubiera ganado.” ¡A continuación Morphy ganó el match con autoridad! Un bonito ejemplo de cómo se puede integrar maravillosamente un “carácter desagradable” en el juego de los reyes, nos lo presentó el petimetre reprendido durante unas simultáneas: Aquí nos remitimos con todo el respeto y agradecimiento a la página de Edward Winter (el Ilustrísimo y Honorable Señor y Dueño de toda la historia escrita e ilustrada del ajedrez)...
...que contiene la siguiente anécdota, libremente traducida: En una partida, el caballo del maestro estaba atacado por un peón negro. El camino obvio era, por supuesto, mover el caballito. Sin embargo, Harrwitz observa de repente que sería posible un mate en cuatro jugadas, si deja el caballo donde está y su adversario se lo toma. No obstante, seguramente el aficionado sospecharía si el maestro sencillamente mueve su rey hacia un lado (para evitar el jaque) y deja colgado el caballo. En este momento, al tipo asqueroso se le ocurre una idea...
... y mueve decididamente 1. Cb3 x e5??!! No se podría haber inventado una jugada más ilegal (quizás le pareció Cb3 – d5 algo “dudosa?!”). En el acto, el aficionado reclamó. Harrwitz protestó y aparentó inquietarse. Finalmente admitió “su descuido” y efectuó la jugada obligatoria de castigo, usual en aquella época, “1... Rb1”. Su adversario tomó fuerte y rápidamente el caballo en “2. b3xC...”. A continuación, el zorro de Harrwitz anunció adhoc un mate en 4 jugadas y ganó con: 2... Dxa6+ Txa6 3. Axa6+ Rb8 4. Td8+ Ac8 5. Txc8 mate! Fuente: “Schachneurotiker” Encontramos también interesante la evolución de su Elo histórico como sigue:
Frank Mayer - Revisado por Joan Canal Fuentes: Wolfram Runkel “Ajedrez, historia y anécdotas” y “Schachneurotiker” |