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¡No cantar durante el ajedrez! Ajedrez de los médicos |
Por Dr. Helmut Pfleger – Gran Maestro
No queda otro remedio: se debe pagar la deuda trabajando los días conmemorativos. Últimamente fueron el premio Nobel del neurólogo español Ramón y Cajal hace 100 años y el 150 aniversario de Sigmund Freud (esto no significa una señal de alarma – conociéndome volveré a referirme nuevamente a este caballero por ofrecérseme demasiado fácil su patología de la vida diaria ‘ajedrecista’). No, esta vez se trata del importante estadista americano, firmante de la Declaración americana de la Independencia y genial inventor Benjamín Franklin (1706-1790), a su vez inventor del pararrayos, nacido hace 300 años.
Siempre tuvo un gran interés por la medicina e inventó entre otras las gafas bifocales y un catéter urinífero, que seguramente le fue bien a él por padecer múltiples cálculos renales. Benjamín Franklin fue un entusiasmado jugador de ajedrez, sobre el cual escribió un libro con el título “The Morals of Chess”: “Durante una partida de ajedrez no se debería ni cantar ni silbar, tampoco mirar hacia el reloj o tomar un libro en las manos, ni repicar con los pies en el suelo o tamborilear con los dedos en la mesa….” Seguramente se animó a tener estas reflexiones cuando desempeñó el cargo de embajador de los Estados Unidos en Paris entre los años 1776-85 a raíz de los modales en el “Café de la Régence”, donde prefirió seguir y mirar las partidas de Philidor, en aquellos tiempos el jugador más fuerte del mundo, en vez de escuchar sus óperas preferidas: “¡Lo llamo mi ópera!” Con buenos y malos acontecimientos. Benjamín Franklin vio en el ajedrez una fuente de educación moral:
“El ajedrez no es solamente un pasatiempo vanidoso. La vida es una especie de ajedrez, con su lucha, su competición, sus buenos y malos sucesos.” Por otra parte supo compaginar esta pasión y la gota (de la cual sufrió más tarde), durante un diálogo ficticio de forma irónica:
¡El eterno segundón! En este momento no dispongo de ninguna partida de Franklin, pero en vez de esta he anotado una combinación de Paul Keres,
quién también sufrió la gota (al cual le traté como médico con los medicamentos correspondientes en algunas ocasiones), durante decenas de años uno de los mejores jugadores del mundo (“El eterno segundo”), que ganó en el año 1968 a un tal Dr. Helmut Pfleger durante el torneo con ocasión del 100 aniversario del Club de Ajedrez de Bamberg (Alemania). ¿Con qué golpe, Keres con negras consiguió una ventaja decisiva?
Fuente literaria: Revista alemana de los médicos Barcelona, en febrero 2008 |