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64 posibilidades para mover |
Una historia misteriosa de amor La aventura se desarrolla en un subsuelo bizarro, consiste en estaciones de metro y túneles: Los actores son las piezas negras del juego de ajedrez, los alrededores están adaptados a los caracteres correspondientes (torre, alfil etc.). La pieza principal es el rey negro camino de tener un encuentro secreto con la dama blanca. Durante el recorrido y sin que él lo sepa, su espalda queda pintada de color blanco. En consecuencia, las piezas negras le consideran como un enemigo y comienzan su persecución. El suceso transcurre en una salvaje cacería de acoso y parece acabar de forma inesperada con el romance de los dos, justo al comenzar.
Sin embargo, el rey no se da por vencido y vuelve a seguir buscando a la dama blanca. Piensa, que esto se parece más a una partida de ajedrez que a un incidente misterioso en busca de la enigmática dama blanca. Cada partida no es una proyección analógica de la existencia, sino al revés: La realidad, la vida real, es una representación ajedrecística, una partida de ajedrez; la vida es sueño, y el ajedrez, realidad. En los túneles, la escasa luz y la densa oscuridad semejan escaques, una fotografía en blanco y negro parece un problema de ajedrez. Pero el inicio del sueño de conseguir el amor de la dama blanca está bloqueado por sus aperturas sólidas y casi invencibles, que a la vez son sus defensas. El rey no consigue todavía su propósito y se queda parado como una combinación teórica ingeniosa, que se ejecuta en una partida viva. Casi milagrosamente, este ente asexuado, para el cual el único sentido de la existencia es el ajedrez – o más bien, la existencia es ajedrez -, sigue enamorado de una mujer (la dama blanca), atraído por su enigma insondable. Sin embargo, la buena suerte le ayuda a que le desaparezca la pintura blanca durante su huida y vuelve a ser el rey negro. Al encontrar a la reina blanca en uno de los rincones de los subsuelos, la misma le ofrece su sensualidad, su ternura, su enigma irresistible, el imán de su personalidad y los dos deciden juntarse, como no – para vivir intensamente su amor y disfrutar de su pasión por el ajedrez en un ambiente íntimo y a salvo bajo el lema: “64 posibilidades para mover”.
Por Frank Mayer. Revisado por Salvador Aldeguer Barcelona, mayo de 2008 |