Hungría, nación acreditada por varias décadas del pasado siglo, como una verdadera potencia ajedrecística (Recordar que le “arrebató” a la extinta URSS, el título masculino en La Olimpiada de Ajedrez de 1978), ha engendrado innumerables y fuertes maestros de ajedrez. Entre tantos de ellos, podríamos mencionar a: Lajos Asztalos, Gedeon Barcza, Andras Adorjan, Zoltan Ribli, el desaparecido “súper-teórico” Bela Perenyi, el fenómeno de “Las Polgar”, o los más vigentes: Peter Leko, Zoltan Almasi o Peter Acs.
Ahora bien, durante las décadas del sesenta, setenta, e incluso parte de la década del ochenta del siglo XX, un excepcional jugador húngaro, se “codeó” entre todos esos colosos jugadores soviéticos (llámense Botvitnnik, Bronstein, Stein, Smyslov, Tal, Spasski, Polugaievsky, Petrosian, etc.), manteniéndose siempre en la élite mundial. Ese señor GM, innumerables veces campeón nacional y candidato al título mundial, responde al nombre de Lajos Portisch.
Lajos Portisch 1968. Koch, Eric / Anefo - Archivos Nacionales Holanda
Portisch, con una notable y mantenida fuerza de juego, conservó durante muchos años - aún cuando no se había producido la “inflación” del mismo - una astronómica cifra de ELO por encima de los 2650 puntos. Su forma de jugar, era referencia obligada cuando de excepcional técnica ajedrecística se hablaba; y no siempre, como erróneamente se creía, lograba sus victorias con su proverbial estilo de juego pasivo y puramente técnico. Cuando Portisch se decidía a atacar, la ejecución era perfecta.
Lajos Portisch - Svein Johannessen [D47]
La Habana, 1966
Gambito de Dama
1. d4 d5 2. c4 c6 3. Cc3 Cf6 4. e3 e6 5. Cf3 Cbd7 6. Ad3 dc4 7. Ac4 b5 8. Ad3 b4 9. Ce4 Ab7 10. Cf6+ Cf6 11. Da4 Ae7 12. Ad2 a5 13. e4 0-0 14. e5 Cd7?! (14. …Cd5) 15. Dc2 h6 16. h4 c5 17. Th3 Af3 18. Ah6! Ah4 19. gf3 gh6 20. Re2 Ce5?! (Tampoco salvaba 20. …f5 21. f4 seguido de Tah1; no 20. …Ag5 21. Tg1 Rh8 22. Dd2!! Ad2 23. Rd2 y el mate es inevitable) 21. de5 Dd4 22. Th4!+- Dh4 23. Tg1+ Rh8 24. Dc1 f6 25. Tg6 rinden 1-0.
Lajos Portisch - Tigran Vartanovich Petrosian [D10]
Moscú, 1967
Gambito de Dama
1. d4 d5 2. c4 c6 3. cd5!? (La variante del cambio en la eslava parece aburrida…pero tiene veneno) 3. …cd5 4. Cc3 Cf6 5. Cf3 Cc6 6. Af4 e6 7. e3 Ad6 8. Ag3 0-0 9. Ad3 Te8 (no debe jugarse 9. …Ag3 10. hg3 Dd6 11. g4!) 10. Ce5 Ae5 11. de5 Cd7 12. f4 Db6 ?! (12. ...Cc5 13. Ab1 =) 13. 0-0! (fino sacrifico de peón basado en el cálculo concreto) 13. ...De3+ 14. Rh1 Db6 15. Dh5 Cf8 16. Tf3! Cg6 17. Af2 Dd8 18. Cb5! Cce7 19. Cd6 Ad7 20. Ah4 Db6 21. Th3 h6 22. Af6! Db2 23. Tf1 Cf5 24. Af5 rinden (si 24. …ef5 25. Ag7!) 1-0
“Invictus”
Contexto: A raíz del excelente filme de Clint Eastwood: "Invictus”,donde se recrea –con el rugby como inductor del drama - facetas biográficas de esa persona inmensa y querida por todos: Nelson Mandela, he tenido la feliz oportunidad de leer un ensayo del catedrático español Tomás Alfaro Drake, donde nos narra las dos versiones que se divulgan sobre esa importante escena, en la cual el presidente Mandela (Morgan Freeman) le pregunta al capitán (Matt Damon) del equipo de rugby de Sudáfrica: ¿Cómo lidera a su equipo? El joven capitán le responde que lo hace con su ejemplo; entonces su presidente le revela:
-Eso está muy bien, hijo- pero hace falta algo más. Es necesaria la inspiración. Yo, en mis peores momentos de los 27 años que estuve en la prisión de Robben Island, encontré mi inspiración en un poema de un escritor victoriano. ¿Le importa que se lo dé?
Le entrega entonces una hoja de papel con el poema “Invictus” de Richard Henley, y durante la película, en diversos momentos van apareciendo retazos de ese poema; pero como nos dice Alfaro Drake en su ensayo, nunca se recita entero.
Ahora bien, casi al final de su escrito, este mismo autor nos narra que lo que realmente le entregó el presidente Mandela al capitán del equipo de rugby de su país, fue un extracto de un emotivo discurso pronunciado en 1910 por Theodore Roosevelt, cuyo texto es muy elocuente:
“No es el hombre crítico el que cuenta; tampoco el que señala como se tambalea el hombre fuerte, o que podría haber hecho mejor el hombre de acción. El mérito es para el que realmente está en la arena, cuyo rostro está manchado de polvo y sudor y sangre; que lucha valientemente; que se equivoca; que fracasa una y otra vez, porque no hay esfuerzo sin error ni fracaso; pero que sigue luchando con los hechos; que conoce grandes entusiasmos y profesa grandes devociones; que se gasta a sí mismo por una causa valiosa; que en los buenos momentos sabe que el triunfo está, al final, en los grandes logros y, en los malos, que si falla, al menos falla atreviéndose a la grandeza, de forma que su sitio no estará nunca entre las almas frías y tímidas que nunca conocerán ni la victoria ni la derrota.”
Doctor José Raúl Andraca
E-mail: jrperera@infomed.sld.cu
Noviembre 2016